La invasión rusa de Ucrania ha creado un doble problema para los bebés por encargo. Primero su supervivencia y, segundo, su estatus legal. De lo primero, de la supervivencia de 19 bebés recientemente nacidos de madres de alquiler, se está ocupando la enfermera Ludmila Yashenko, junto a varias compañeras, en un sótano de Kiev.
Yashenko y sus compañeras trabajan para una de las doce empresas ucranianas que ofrecen madres de alquiler a cualquier pareja extranjera que pueda pagar “el servicio” –alrededor de 40.000 dólares (36.500 euros)– por embarazo.
Las madres de alquiler cobran por la gestación por encargo una media de 15.000 dólares (13.800 euros).
Sobre lo segundo, la cuestión legal, la cosa es más complicada. Porque debido a la guerra, no está claro quiénes son sus tutores legales. Según la legislación ucraniana, los padres biológicos tienen que estar presentes para confirmar su nacionalidad, informa The New York Times.
El problema es que ni la madre de alquiler ni los padres que encargaron el bebé, dado el estado de cosas, con los rusos a las puertas de la ciudad, pueden cumplir con ningún protocolo legal. Los viajes a Kiev, ciudad asediada, son impensables. Pero las madres subrogadas siguen dando a luz los hijos para los que los encargaron.
LAS MADRES DE ALQUILER SON LEGALES EN UCRANIA
La gestación subrogada comercial es legal en Ucrania para parejas heterosexuales casadas que no pueden tener hijos por razones médicas o que han intentado sin éxito quedarse embarazadas varias veces mediante la fecundación in vitro.
Para contratar el servicio tienen, precisamente, que demostrar esas tres condiciones: ser heterosexuales, estar casados y demostrar con informes médicos la imposibilidad de procrear.
Ucrania es uno de los pocos países que ofrecen servicios de gestación subrogada a extranjeros.
Su industria, de hecho, es la más grande del mundo.
De acuerdo con los abogados especializados en este negocio en Ucrania, actualmente hay unas 500 madres de alquiler gestando hijos para parejas extranjeras. Muchas de ellas están atrapadas en zonas de conflicto.
BIOTEXCOM, LÍDER EN ESTE SECTOR
La principal empresa de embarazos de alquiler es BioTexCom. Cada año contrata al menos mil embarazos por encargo. Para final de mes al parecer tenía prevista la entrega de un centenar de bebés a sus padres.
Sus empleados, según el asesor jurídico de BioTexCom, Denis Herman, están cuidando de otros 30 recién nacidos.
En los últimos diez años, esta empresa se había transformado en una de las mayores del sector. Su potencial de crecimiento era inmenso porque cada vez más parejas que no podían tener hijos decidían acudir a la gestación por sustitución.
«Vienen desde Latinoamérica y Estados Unidos, así como de Europa y China», contó en su momento el director de BioTexCom, Albert Tosilovski, quien fue investigado por un supuesto delito de trata y fraude.
Otras agencias, como New Hope Surrogacy, han trasladado a las gestantes a regiones más seguras del país o fuera de él.
El problema que se puede presentar si estas mujeres dan a luz en países vecinos, donde operan leyes que prohíben la subrogación remunerada, es si los padres podrán recoger legalmente a sus hijos. Lo más probable es que afronten una pesadilla legal.