La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha condenado al ex vicepresidente catalán Oriol Junqueras por un delito de desobediencia en concurso con malversación, manteniendo la pena de inhabilitación de 13 años, lo que supone que no podrá aspirar a ningún cargo público hasta 2031, después de revisar la sentencia del ‘procés’ al amparo de la reforma penal que eliminó la sedición y modificó la malversación.
El procés, tras la reforma penal impulsada por el Gobierno que hizo desparecer la sedición, solo puede ser calificado ahora de desórdenes públicos.
La intentona secesionista -entiende el Tribunal Supremo- no puede ser calificada como desórdenes agravados, el ilícito que el Ejecutivo pretendía que sustituyera la desaparecida sedición.